Aquella
mañana de calma, después de la tempestad, hacía lucir un espléndido sol que se
colaba, como un ladrón, por la rendija de la ventana, y robaba esos últimos
minutos de sueño a los más perezosos, antes de incorporarse a su jornada
habitual en el aquel otoñal viernes del mes de octubre. Unos fulgurantes rayos
que, lejos de molestar, se recibían con regocijo después de aquella nueva dana que, una vez más, había azotado las
costas levantinas.
Los
Dalton Buidaolles se disponían ese día a visitar el Bar Sant Roc de Sedaví, municipio
de la Huerta Sur, que destaca por el sector terciario o comercial y por la
industria del mueble.
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Otro
tema de ese día era la actuación en Valencia, en la sala 16 Toneladas del grupo californiano Dawes, de gira durante esos días por España. Una banda de folk-rock
que nos recuerda los sonidos de la Costa-Oeste estadounidense y a grupos tales como
Crosby, Stills & Nash o a Neil Young.
La
noche de aquel día, Los Buidaolles se habían dado cita de nuevo a las 9 para
cenar, antes de asistir al mencionado concierto de Dawes, y rematar así la semana laboral con esa otra pasión que,
para la mayoría de ellos, es la música.
José
González Fernández